lunes, 18 de enero de 2016

Sobre belenes y Reyes

Ahora que ya han pasado las fechas navideñas, sin ánimo de polemizar, quisiera compartir algunas reflexiones que he ido rumiando estos días:

¿Por qué puede parecer no adecuada para los espacios públicos la imagen de un bebé indefenso, hijo de unos padres pobres, nacido en un establo y recostado en un pesebre? ¿Es una imagen obscena, peligrosa, reaccionaria, progresista...? ¿A quién puede perjudicar?

¿Por qué en algunos lugares se ha llegado al mal gusto en las cabalgatas de reyes, jugando no sólo con sentimientos religiosos, sino también con la ilusión de los más pequeños? ¿Vamos tan sobrados de esta magia en nuestra sociedad como para permitirnos estas licencias?

Creo que estas situaciones merecen, al menos, una pequeña reflexión por parte de todos:
- ¿No deberíamos respetar más las convicciones (morales, filosóficas, políticas, religiosas...) de los que no piensan como nosotros?
- ¿No deberían caber en los espacios públicos todos los símbolos, vengan de donde vengan, que sugieran ternura, amor, justicia, verdad, ilusión, esperanza, respeto, alegría, vida...?
- A veces, ¿no llegamos al ridículo defendiendo los errores "de los nuestros"?
- Católicos, ¿hacemos un poco de autocrítica? ¿no os parece que tendríamos que presentar mejor los contenidos y los símbolos de nuestra fe, para evitar que sean entendidos por las personas de buena voluntad como un peligro? ¿No creéis que deberíamos esforzarnos en defender nuestras ideas sin agresividad, con la misma ternura que nos trae el niño Dios?