martes, 5 de abril de 2016

Respetar, apoyar y agradecer a los políticos

Tengo la suerte de tener conocidos, amigos y muy amigos en casi todos los partidos políticos. En general, creo que son gente honrada, por encima de la media, y que se han comprometido en política con la mejor intención, con el objetivo de mejorar la sociedad.

Cuando hablo con ellos, me doy cuenta de que hasta las posturas que considero más equivocadas y negativas tienen una cierta lógica y, normalmente, son defendidas porque se consideran positivas para la sociedad. Dos ejemplos: no creo que la derecha defienda la reforma laboral para fastidiar a los trabajadores, ni que la izquierda promueva el aborto para matar seres humanos.

Cuando hablo con ellos, soy más consciente de que normalmente hacemos un esfuerzo grande por atacar lo que no compartimos y un esfuerzo muy pequeño por intentar comprenderlo.

Cuando hablo con ellos, caigo en la cuenta de que los políticos, los medios de comunicación y los ciudadanos caemos demasiado a menudo en la demagogia, ridiculizando en mensaje del adversario, haciendo críticas facilonas, sin el entrar en el fondo de los problemas y sin construir nada.

Cuando hablo con ellos, todos me cuentan las contradicciones que sufren, a veces, entre lo que les dicta el partido y la conciencia. Como nos pasa a casi todos.

Cuando hablo con ellos, todos manifiestan que se sienten en general incomprendidos por muchas personas e, incluso, maltratados por determinados medios de comunicación.

Cuando hablamos, muchos me dicen que ellos y sus familias han sido insultados por la calle. Parece que va en el sueldo de los políticos (hasta de los que no cobran nada) aguantar insultos, porque "el pueblo" siempre tiene razón. Y es triste ver cómo demasiadas veces la derecha justifica los "escraches" a políticos de izquierda y viceversa.

Cuando hablo con ellos, muchos me dicen que su calidad de vida ha empeorado desde que se han comprometido en política: tienen menos tiempo para estar con sus familias y más preocupaciones, duermen peor, su salud se resiente... Son humanos; tan humanos como los demás.

Cuando hablo con los políticos católicos, de izquierda y de derecha, casi todos me dicen que demasiadas veces son criticados dentro de la comunidad cristiana por su militancia política y mirados con desconfianza en sus partidos por su condición creyente. Supongo que a los que no son católicos les sucederá algo similar en los diferentes ámbitos de su vida.

Por estas y por otras muchas razones, aunque a veces critique las decisiones y actuaciones de los políticos, aunque a veces no los entienda, estoy convencido de que necesitan tanto nuestra crítica política como nuestro apoyo personal, nuestro respeto y gratitud.